miércoles, 21 de octubre de 2009

EL CRISTIANO DEBE SER PRUDENTE

LA PRUDENCIA Y EL CREYENTE

¿Qué es prudencia? Ciencia, cordura, sabiduría.

Todo cristiano debe tener prudencia ya que es una cualidad que agrada a Dios. En varias citas de la Biblia, la Palabra de Dios, nos habla acerca de hombres que fueron prudentes, tal es el caso de David, quien antes de ser rey, aunque ya había sido ungido por Samuel, fue mandado a llamar para tocar el arpa para el rey Saúl, el cual era atormentado por un espíritu de parte de Jehová; por lo que un criado dijo que conocía a un hijo de Isai con varias cualidades, dentro de ellas, prudente en sus palabras.

También, en 1ro. Reyes 4:29 dice que Jehová dio a Salomón sabiduría y prudencia en gran manera, un don que le permitió reinar con éxito a su pueblo.

La prudencia debe acompañarnos siempre en nuestro diario vivir, al hablar, al compartir con los demás, en nuestras relaciones diarias; tanto con los hermanos en la fe, como con los inconversos.
Acciones consideradas imprudentes:

En un hospital, donde hay personas muy delicadas de salud, orar o predicar muy fuerte es un acto de imprudencia, pues en esos lugares es imprescindible hacer silencio y manejarse con prudencia con las personas a quienes queramos ministrar, sin importar que nuestra intención sea buena.

Orar muy fuerte o hacer actividades en altas horas de la noche o muy temprano en la mañana; también es un acto de imprudencia; porque hay vecinos que necesitan tranquilidad y descansar. En los matutinos, a pesar de ser una actividad de beneficio espiritual, debemos entender que no todos estarán en la disposición de compartir en dicho matutino; por lo que también se debe ser prudente a la hora de orar o utilizar instrumentos para predicar a los congregados.

En la calle, debemos ser prudentes tanto como peatón, como también al manejar algún vehículo. Cuando irrespetamos el semáforo o cualquier otra señal de transito estamos actuando imprudentemente. El que anda en vehículo debe ceder el paso a los demás, debe manejar a la defensiva, respetar las señales de transito y no vocear o discutir con algún otro chofer, pues eso puede traerle problemas (hay quienes han fallecido en una riña formada por una discusión entre choferes).

En el supermercado podemos actuar imprudentemente cuando peleamos por un turno, hay que reclamar su derecho, pero con prudencia; si el otro insiste en violar su derecho, entonces debemos dejarle “la túnica”, como lo ordena Jesús.

Otra forma en la cual podemos actuar imprudentemente es cuando tomamos atribuciones que no nos corresponden; ya sea en nuestro trabajo secular, como en nuestro trabajo en la iglesia o cualquier ministerio. El actuar prudentemente también incluye respetar la atribución de cada quien: si usted es secretario, debe respetar la atribución del tesorero o del presidente y viceversa.

Al hablar. Con la lengua podemos cometer muchos actos de imprudencia, tales como: revelar el secreto profesional o sacramental (es aquel secreto que se le confía a un profesional o un ministro). Ni el medico, ni el abogado, ni el contador deben revelar los secretos de sus clientes. Ni el sacerdote, pastor, diacono o líder debe revelar el secreto de los miembros; eso es un acto de imprudencia. También se debe utilizar la prudencia al aconsejar o amonestar a otra persona; no toda la verdad se dice y algunas deben decirse pero con prudencia. También hay que tener cuidado al habla sobre otra persona, porque se puede convertir en un chisme. Proverbios 20:19 dice “el que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto de lengua”.

Nuestro Señor Jesús nos dejó la parábola: no te sientes en el primer lugar.

Esta parábola dice: “Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él, y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar. Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa”.
Este es un ejemplo de prudencia. Hay gentes que entran a una actividad de sobresalido (agentao) sin invitación. O entran a una casa y se sientan sin invitarlo. Abren la nevera o entran a los aposentos sin recibir una invitación.
La Biblia nos aconseja en Proverbios 2:1-2: “Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia. Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz”. Entonces el verso 5: “Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios”.

Entonces, el consejo que nos da la Biblia en esta entrega es que SEAMOS PERSONAS PRUDENTES.

lunes, 5 de octubre de 2009

SEA UN O UNA BUEN AMANTE

El consejo que nos da la Biblia va dirigido directamente a los casados y casadas, el mismo es que sea un buen amante con su cónyuge.
Es un tema que anteriormente no se ligaba al estudio bíblico por se considerado por muchos como un tema carnal; sin embargo, aquí lo trataremos conforme a la Palabra de Dios, tomando el consejo que la misma nos revela.
En una ocasión, un hermano, se estaba quejando de que su esposa no quería corresponderle como el quería en la intimidad, ella se negaba mucho; a lo cual, la esposa ripostó delante del pastor que los aconsejaba, diciéndoles que el sexo solamente representa un 25 por ciento en la relación de pareja; y el esposo respondió: Si, pero si ese 25 no hay cien por ciento.
A veces creemos que la intimidad en la pareja no es importante, pero observamos que muchas de las infidelidades son provocadas por la insatisfacción sexual de uno de los cónyuges, principalmente con la mujer.
Hay una gran cantidad de parejas que carecen de una relación sexual satisfactoria. Mujeres que no saben o no quieren trabajar eficazmente a su marido; y maridos que no tienen ni la más remota idea de satisfacer sexualmente a su mujer.
Las mujeres son las más afectadas por la insatisfacción sexual, por la razón de que el hombre recibe un orgasmo rápidamente y con poco esfuerzo; no así las mujeres, las cuales son más complejas para poder recibir un orgasmo o un clímax.
El orgasmo es el momento de máxima excitación de los órganos sexuales en el que se experimenta un placer intenso y que va seguido de una relajación. El experimentar un orgasmo no es pecado, por el contrario es un disfrute de la relación misma; el orgasmo forma parte del ciclo de respuesta sexual del ser humano, de manera que es algo natural, Dios lo creo de esa forma.
Lo primero que la Biblia ordena y aconseja es que cada uno de los cónyuges cumplan con su deber conyugal (1 Corintios 7:3), claramente se refiere a la intimidad en la pareja. Además, el apóstol dice que ninguno de los dos (marido y mujer) tienen potestad sobre su propio cuerpo. En el verso 5 nos dice que ninguno de los dos debe negarse a cumplir con su deber sexual.
La Biblia también aconseja al hombre a que ame a su mujer y no seáis ásperos con ellas (Col 3:19), destacamos que no solo es en el trato diario sino también en su trato en la intimidad. Por ser ásperos en su relación sexual es que muchos hombres no pueden satisfacer sexualmente a su esposa. Las mujeres necesitan mas cariño que los hombres en todos los aspectos, principalmente en la intimidad; la sulamita dice en Cantar de los Cantares 1:2: “¡oh, si el me besara con besos de su boca! Porque mejores son tus amores que el vino”.
Para ser un buen amante hay que ser cariñoso y dedicado. Hacer y provocar las carisias dentro de la relación, principalmente que el preludio (se llama preludio a los actos preparatorios, que preceden al ayuntamiento carnal). Un buen preludio garantiza una buena y efectiva relación sexual. No existen carisias prohibidas en la intimidad matrimonial. Proverbios 5:15 dice: “Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo… sean para ti solo y no para los extraños contigo, y alégrate con la mujer de tu juventud”. Esto nos señala que la relación sexual entre el matrimonio, no solamente es licita, sino también que Dios la ha creado para ser disfrutada al máximo. Salvo aquella relación contra la naturaleza, practicada en las relaciones homosexuales, condenada explícitamente en Romanos 1:26-27.
La Biblia habla sobre la negación en el acto sexual. Hay muchas mujeres que acostumbran a negarse a su marido. No hay una excusa, a través de la cual la mujer se niegue a darle la cuestión a su marido, solo el ciclo menstrual o una prescripción medica. Incluso, ni siquiera el cilicio (1 Corintios 7:4-5).
De manera que la Biblia nos ordena que cumplamos eficazmente con nuestro deber conyugal, que si contextualizamos podemos decir, que la Biblia nos ordena a ser un buen o buena amante.
Adelante hermano o hermana, cumple con tu deber. Hazle un buen trabajo a tu conyuge en la cama y disfruta de la relacion sexual entre ustedes dos.
En caso de que te sientas que no sabes como satisfacer a tu pareja, he aqui algunos consejos:
  • Provee un tratamiento cariñoso a tu pareja en todo momento de tu vida.
  • Manten una buena higiene siempre: Limpio (a), oloroso (a), rasurado (a), etc.
  • Realiza una buena sesion de caricias y besos con creatividad y delicadesa.
  • Aprende la anatomia de tu pareja, o sea, conoce sur organos y las zonas erogenas.
  • El hombre debe procurar satisfacer primero a la mujer hasta el climax.
  • Se creativo en cuanto a las posiciones cuando realizas el acto sexual.
  • Si no resulta nada, busca consejo de un terapeuta sexual cristiano.

Hilario Balio