jueves, 31 de diciembre de 2009

LA HIGIENE EN EL CRISTIANO


Para esta semana, traemos un consejo interesante sobre la higiene del Cristiano y lo que enseña la Biblia sobre la higiene.

La enseñanza más importante sobre la higiene o el aseo personal en la Biblia aparece en los capítulos 11 a 15 de Levítico. Algunas de las reglas nos pueden parecer extrañas y severas. Sin embargo, nuestra comprensión moderna de cómo se transmiten muchas enfermedades nos muestra que muchas de esas reglas tenían sentido.

Leamos Levítico 11:32-40 “Y todo aquello sobre que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio. Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que estuviere en ella, y quebraréis la vasija. Todo alimento que se come, sobre el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas será inmunda. Todo aquello sobre que cayere algo del cadáver de ellos será inmundo; el horno u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendréis. Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será inmundo. Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia. Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella, la tendréis por inmunda. Y si algún animal que tuviereis para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la noche. Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche. ”.

Levítico 13:29-59, también habla del que tuviere llaga o tiña en el cuerpo, habla de la forma en que este se conduciría, preservando la salud de los demás.

Por su parte, Levítico 15:1-15, habla sobre el flujo seminal y del rito de su purificación.

A menudo se enfatiza aquí la necesidad de lavar y aislar a la persona para evitar que la infección se extienda. Aun hoy quizás resulte difícil distinguir entre diferentes clases de infección. Una buena higiene es muy importante para impedir que la infección se extienda. La transmisión de enfermedades como el SIDA y la hepatitis por medio de la sangre y otros fluidos corporales nos muestra claramente la necesidad de tener mucho cuidado.

En Romanos 12:1 Pablo nos exhorta a presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.

¿Qué tipo de cuerpo le ofrecemos si vivimos para él? No siempre podemos evitar la enfermedad, pero ¿estamos usando de la mejor manera posible nuestros recursos físicos y espirituales? ¿Nuestra higiene deficiente pone en peligro a otras personas? ¿Es ésta una buena actitud cristiana?.

Las leyes dietéticas que Dios dictó para su pueblo, tenían como propósito mantener la limpieza e higiene dentro del campamento, es por eso que les ordenaba usar una estaca cuando fueran a defecar para enterrar las materias fecales, bajo la egida de que el campamento de Jehová tenia que ser santo. Cuando Dios utiliza esa expresión, de que tenia que ser santo, quería destacar que el campamento de Jehová tenia que ser limpio e higiénico. Eso nos enseña a tomar en cuenta las siguientes medidas de higiene:

• Mantener una higiene personal en nuestro cuerpo, bañándonos constantemente y usando desodorante, colonias, polvos o perfumes adecuados. Incluyendo las axilas, el cabello, la higiene intima y la higiene bucal.

• Depilarse o afeitarse constante y adecuadamente, tanto la mujer como el hombre, en diferentes partes del cuerpo. No se preocupe, no esta pecando con eso, simplemente es una medida de higiene personal. En cuanto al hombre, siempre afeitadito y recortadito.

• Mantener limpio el lugar en donde frecuentamos, ya sea en la casa, el trabajo o cualquier lugar. Si el lugar en donde hacemos vida normal esta sucio, así mismo estamos nosotros.

• Ser responsables de los baños que utilizamos para hacer nuestra necesidades fisiológicas, descargar el retrete o buscar agua si el tanque no tiene; así como secar el piso y no dejarlo mojado.

• No arrojar basuras en las calles, el piso o cualquier lugar; hay que procurar conseguir el zafacón mas cercano. Si es una menta, es mejor guardar la envoltura en el bolsillo o la cartera, hasta encontrar el lugar adecuado para arrojarlo. Si alguien acostumbra a arrojar basura por la ventanilla del carro o autobús, sepa que esta faltando a la higiene publica.

• Si esta enfermo debe cuidar la salud de los demás. Si es un resfriado, use toalla o pañuelo limpio y trate de no dar las manos al saludar a los demás y obtenerse de abrazos, pues puede contagiar a otros. piense en la regla de oro.

En fin, el criterio de la higiene en el cristiano no es algo ajeno a las Sagradas Escrituras. Dios quiere que seamos limpios, tanto por dentro como por fuera. Recuerden que la Biblia dice que todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo sean guardados irreprensibles. Además, Pablo también señala que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, y creo que el Espíritu Santo, que es lo mas sublime y puro, no morara en una gente sucia, anti higiénico y descuidado. ¿o acaso es coincidencia o simple antojo de Dios el exigirle a Aarón y sus hijos lavarse antes de entrar al tabernáculo de Reunión en Números 8:5?

NELSI CORDERO DE BALIO

HUID PUES DE LA FORNICACION

Ahora bien, lo que la Biblia dice en cuestiones sexuales no tiene la misma aceptación. Contrario a lo que muchos han sido inducidos a creer, la Biblia no afirma con pudor exagerado que todo deseo sexual sea pecaminoso. Pero sí ofrece buenos consejos sobre cómo debe expresarse la sexualidad humana. Enseña que las relaciones sexuales solo están permitidas dentro del matrimonio entre un hombre y una mujer (Génesis 2:24; Mateo 19:4-6; Hebreos 13:4), que la unión sexual de los cónyuges es una manera de expresarse el uno al otro amor y ternura (1 Corintios 7:1-5) y que a los niños que nacen de tal unión les beneficia tener un padre y una madre que se aman (Colosenses 3:18-21).


Tocante a las relaciones sexuales entre personas no casadas, la Biblia contiene este mandato: “Huyan de la fornicación” (1 Corintios 6:18). ¿Por qué? Una razón la tenemos en ese mismo versículo: “Todo otro pecado que el hombre cometa está fuera de su cuerpo, pero el que practica la fornicación peca contra su propio cuerpo”. ¿Qué sucede cuando se pasa por alto lo que la Biblia dice sobre estos asuntos?

Veamos lo que está ocurriendo en Estados Unidos. En la actualidad, ese país tiene el mayor índice de adolescentes embarazadas del mundo industrializado: unas 850.000 cada año. Muchas de las jovencitas que no llegan a abortar dan a luz sin haberse casado. No puede negarse que hay adolescentes solteras que hacen todo lo posible por criar a sus hijos con amor y disciplina, y algunas tienen éxito. Pero la dura realidad es que los hijos de estas madres tienen más probabilidades de acabar en prisión, y las hijas, de convertirse también en madres adolescentes. Tras revisar las cifras de las últimas décadas, el investigador Robert Lerman escribió: “Es posible que la actual tendencia hacia las familias mono parentales haya contribuido a una mayor incidencia de otros problemas sociales, como índices más elevados de escolares que abandonan los estudios, jóvenes que abusan del alcohol y las drogas, adolescentes embarazadas, madres adolescentes y delincuencia juvenil”.

Las personas promiscuas también se exponen a graves problemas de salud, tanto físicos como mentales. Por ejemplo, la revista Pediatrics informa: “Los datos sugieren que los adolescentes sexualmente activos tienen más riesgo de depresión y suicidio”. Respecto a otros problemas de salud, la Asociación Americana de Salud Social declara: “Más de la mitad de todas las personas [de Estados Unidos] contraerán una enfermedad de transmisión sexual en algún momento de su vida”. ¡Cuánta angustia y sufrimiento podría evitarse si se siguieran los prácticos consejos que contiene la Biblia tocante al sexo!


NELSI CORDERO DE BALIO